Si no conoces la segunda mayor ciudad de Portugal, no sé a qué estás esperando, porque hay mil cosas que ver. Oporto (Porto para los portugueses) es una joya situada en la desembocadura del Duero donde hay muchísimo más que el excelente vino que ha dado fama internacional a la ciudad.
- Idioma: Español – Duración: 2:30 h
- 8.778 opiniones [9,7]
El centro histórico es Patrimonio de la Humanidad. A la vez, en los últimos años se ha convertido en un hervidero de tendencias, una ciudad moderna, bohemia y abierta al turismo.
Lugares para visitar llenos de interés, buenas comunicaciones, precios asequibles, animada vida nocturna, magnífica comida, clima templado… En los últimos años ha vivido un boom turístico que la ha convertido en destino predilecto del sur de Europa.
¿Cuánto vas a tardar en ir?
Guía de viaje
Los 10 lugares imprescindibles que visitar en Oporto
En esta lista que hemos elaborado cuidadosamente encontrarás los 10 mejores lugares que visitar en Oporto según su popularidad e interés.
1. Cais da Ribeira
Este es un paseo imprescindible. Para llegar hay que bajar hasta el río y enseguida nos daremos cuenta de que estamos en el corazón turístico de la ciudad (de hecho el barrio de Ribeira al completo es quizá la zona más visitada y la que alberga la mayoría de monumentos).
Lo más normal es comenzar desde la Praça da Ribeira Porto, sembrada de restaurantes y terrazas. Para ubicarse hay que mirar a derecha e izquierda y situar los puentes. Si estás ahí y te acercas al río, verás a tu izquierda el Puente Luis I, una de las estampas más características de la ciudad.
El Luis I es un ejemplo de la arquitectura de hierro del siglo XIX (el ingeniero que lo desarrolló, Téophile Seyrig, fue discípulo de Eiffel). Es impresionante el gran arco central, y verás que tiene circulación en dos niveles: abajo, vehículos; arriba, el metro. En los dos pisos hay zona para peatones, así que se puede cruzar al otro lado, pero de eso hablamos más adelante…
Ahora seguimos nuestra ruta por el Cais da Ribeira, o Muelle de la Ribeira. Si tienes buen tiempo la zona es un hervidero: desde músicos y artistas callejeros a todo tipo de puestos ambulantes con artesanías y artículos varios. Además, es buen lugar para comer. Da igual donde mires: seguro que hay un restaurante o una tasca para tomar algo.
Verás los rabelos amarrados en el muelle. Son los barcos que tradicionalmente se utilizaban para transportar las barricas de vino de una orilla a otra, desde Ribeira hasta Vilanova de Gaia. Hoy ofrecen paseos turísticos por el Duero.
- Idioma: Español – Duración: 50min
- 2178 opiniones [8,4]
A lo largo del paseo no dejes de asomarte a los soportales para descubrir pequeñas tiendas locales.
Si en algún momento te da la impresión de que paseas al lado de una muralla, estás en lo cierto, son restos de la Muralla Fernandina que rodea la ciudad. El Trecho dos Guindais, que comienza al pie del Puente Luis I, es uno de los tramos mejor conservados. ¡Así que vete atento!
2. Estación de São Bento
Aunque no llegues en tren, tienes que hacerle una visita a la estación. Está en pleno centro, así que es una referencia como punto de partida hacia cualquier parte de la ciudad.
Se inauguró a principios del siglo pasado y sus murales azulejados son uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. De hecho, en el tremendo vestíbulo principal se mezclan viajeros y turistas que sacan fotos. Se dice que hay 20.000 azulejos con motivos históricos, bélicos, religiosos y escenas campestres. Es una de las visitas imprescindibles si pisas Oporto por primera vez.
- Idioma: Español – Duración: 2,30 h
- 385 opiniones [9,5]
Como te decía, la estación está situada en el centro de la ciudad, así que es una zona muy transitada. Justo enfrente tienes varias terrazas para tomar algo y, si te apetece, darte un paseo por la Rua das Flores, una calle cómoda para caminar, con tráfico restringido, llena de pequeñas tiendas modernas y tradicionales.
Si continúas en esa dirección verás que la cuesta abajo se va notando. Normal, porque vamos en dirección al río. El paseo merece mucho la pena como primer contacto con la ciudad. A derecha e izquierda vamos a ver preciosos edificios tradicionales, con fachadas que piden a gritos una foto.
Fíjate que de camino pasas por el Mercado Ferreira Borges, una construcción que no pasa desapercibida, ejemplo de arquitectura del hierro y restaurada en un rojo bastante llamativo. Ya no es mercado, sino espacio multicultural. Ahí se encuentra el Hard Club, un lugar para eventos de todo tipo: conciertos, exposiciones, cine, teatro… Consulta horarios y actividades, porque hay ambientazo.
En el Mercado Ferreira Borges hay restaurante y se puede tomar una copa si eres “amante do fora d’horas”, lo que en Portugal significa que abren hasta las 12 de la noche (la 1 a.m. si es viernes o sábado).
3. Vila Nova de Gaia
No es Oporto en sentido estricto (es decir, forma parte del área metropolitana de Oporto pero es una ciudad en sí misma), pero aquí la vamos a incluir porque, sin ninguna duda, es una visita imprescindible para cualquiera que visite Oporto.
Vilanova de Gaia es la orilla de enfrente, lo que vemos desde el Cais da Ribeira. Si nos animamos, podemos cruzar a pie por el puente Luis I (ojo, que parece un paseo más corto de lo que en realidad es).
Una de las primeras cosas que hay que hacer cuando se llega al otro lado es pararse a contemplar la vista de Oporto desde un lugar alto. La postal es espectacular, con las casas de colores descolgándose hasta la orilla del río, los rabelos y el perfil del puente. Si puedes verlo cuando se pone el sol sobre la ciudad, entonces ya puedes decir que has hecho La Foto (así, con mayúsculas) de tu viaje.
Pero seguimos por Vilanova de Gaia, donde están ubicadas las bodegas más importantes: Croft, Sandeman, Cálem, Taylor’s Port o Graham’s, entre otras. ¿Notas en las marcas la huella británica?
Claro, porque desde el siglo XVIII hay comerciantes ingleses en Oporto. Fundaron negocios prósperos que sobrevivieron en el tiempo. De hecho, algunos de ellos puedes visitarlos hoy. Muchas bodegas organizan sus propios tours de visitas, con experiencias de cata, restauración o espectáculo incluidos.
- Idioma: Español – Duración: 45 min
- 203 opiniones [8,9]
De verdad, te guste o no el vino, la experiencia de visitar una bodega merece la pena, igual que participar en una cata guiada.
Ya que estás en Vilanova de Gaia, haz una paradita en el Mercado da Ribeira que se encuentre al lado del río para picar algo. Puedes encontrar unos bolinhos de bacalhau que reviven el espíritu.
4. Sé de Oporto (catedral)
Te propongo ahora que te traslades al Bairro de Batalha para visitar el edificio religioso más importante de Oporto. Es la parte más alta, así que prepárate para ascender por unas buenas cuestas.
Si no tienes muchas ganas de caminar, toma el funicular dos Guindais. Se coge en uno de los pilares del puente Luis I. Es muy poco tiempo de trayecto (apenas dos o tres minutos) pero cubre un desnivel bastante importante. Por 2,50 € te ahorras la subida, disfrutas de las vistas y subes en un funicular construido en 1891.
La catedral es una de las joyas de la ciudad. Su construcción finalizó en el siglo XIII y es interesante visitarla para descubrir la combinación de estilos, fruto de sucesivas ampliaciones. Es mayormente románica (no hay más que ver el rosetón de la fachada flanqueado por las dos torres), pero contiene añadidos del gótico y aun posteriores, del barroco.
El claustro data del siglo XIV y merece mucho la pena. Si quieres visitar el conjunto, puedes hacerlo por pocos euros, consulta aquí horarios y precios.
Fíjate en que en medio de la explanada, delante de la fachada principal, hay una columna. Es un pelourinho, que era el nombre que se le daba a una especie de mástiles, de piedra o madera, que se erigían en lugares públicos para colgar a los criminales (aunque se dice que el pelourinho de la Catedral de Oporto nunca se llegó a usar para ese fin).
5. Plaza de la Libertad
Está a escasos metros de la estación de São Bento. Un punto céntrico ideal para quedadas y de donde parten muchas visitas guiadas por la ciudad.
En la parte baja verás la estatua ecuestre de Dom Pedro IV, rey de Portugal y primer emperador de Brasil. La plaza se extiende hacia el norte, y acaba transformándose en Praça General Humberto Delgado y desembocando en la fachada de la Câmara Municipal, el Ayuntamiento.
A ambos lados discurre la importante Avenida de los Aliados. Es el corazón urbano de Oporto y merece un paseo para admirar los preciosos edificios de estilo modernista o Art Nouveau, otra faceta de la ciudad que complementa al estilo tan distinto que hemos visto en el barrio de la Ribeira. En la zona hay también un montón de restaurantes interesantes.
Y ahora, unas indicaciones para la noche portuense. Desde la Plaza de la Libertad busca la Rua de Cândido dos Reis y sobre todo Rua da Galeria de Paris. Si quieres salir el sábado por la noche empieza por aquí. Hay muchísimos locales de copas y tapeo, y de noche se llena hasta los topes. ¿Uno original? La Casa do Livro, antigua librería remodelada que conserva parte de la decoración de antaño. Sorprendente y precioso.
Si no te apetece salir solo puedes sumarte a algún grupo organizado, que los hay, para mimetizarte con el ambiente.
- Idioma: Español – Duración: 3 h
- 9 opiniones [8,4]
Pregunta por el McDonalds de la Plaza de la Libertad y asómate, aunque no más que para echar un vistazo. Se dice que es el más bonito del mundo. La franquicia decidió respetar la arquitectura original (antiguo Café Imperial, inaugurado en 1936) y flexibilizar incluso sus colores de marca para no romper la estética del local. En la fachada hay que fijarse en la impresionante águila imperial y, en el interior, las vidrieras.
6. Librería Lello
Es una de las visitas de moda. La Livraria Lello e Irmão forma parte de la historia de la ciudad (se inauguró en 1906) pero hace unos años saltó a la fama. Fue cuando se corrió la voz de que su espectacular escalera central y la preciosa distribución interior podía haber servido de inspiración a la autora de Harry Potter, J. K. Rowling, para las escaleras de la escuela de magia o la librería Flourish & Blotts del callejón Diagon.
¿Cuánto hay de Oporto en Harry Potter? No está claro cuánto es mito y cuánto realidad. Sí es cierto que la autora fue profesora de inglés a principios de los 90 en la ciudad y, como todos, frecuentaba los lugares más conocidos, así que ¿por qué no?
Volviendo a la Librería Lello: lo cierto es que estuvo a punto de morir de éxito. Originalmente vendía textos universitarios, o sea, poco atractivos para los turistas que lo que querían era sacarse una foto en la escalinata. Mucho público y pocas ventas hicieron que casi tuviese que cerrar. Hasta que sus propietarios decidieron cobrar la entrada y permitir las fotos en el interior (son 5 € si compras online en su web, que se te descuentan si adquieres un libro).
Así disfrutarás a gusto de su icónica escalera color carmesí y el interior Art Nouveau. Ojo, es fácil que tengas que guardar cola para entrar: llega a registrar 3000 visitantes diarios.
Si eres muy fan de la saga de Harry Potter, disfrutarás en Oporto porque hay muchos lugares de interés en la ciudad. Puedes tomarte algo en el Café Majestic, donde dicen que la autora se sentaba a escribir, o buscar el escudo de Gryffindor en la fuente de la Plaza Gomes Teiseira… Si eres muy potteriano, busca la Casa Escondida, entre las Iglesias del Carmen y de las Carmelitas. A ver a qué te recuerda (te lo explico más adelante).
7. Torre de los Clérigos y su iglesia
Desde la Plaza de la Libertad enfilamos la Rua dos Clérigos, atestada de tiendas y alguna pastelaria que te pedirá a grito que hagas una parada. La calle no es muy larga y desde el comienzo ya vemos al fondo la Iglesia de los Clérigos, con la torre asomando por el lado contrario.
La torre, que es el campanario de la iglesia, tiene unos 80 metros de altura y más de 250 años de historia, y se dice que es la más alta de las edificaciones religiosas de Portugal. Se puede subir ¡incluso en horario nocturno, hasta las once de la noche!) y sacar buenas fotografías de todo el casco histórico de la ciudad.
Desde la plaza donde está ubicada la torre podemos caminar apenas tres minutos y llegar al Largo Amor de perdiçao. Si te suena novelesco, es que lo es: se trata del título de la famosa obra de Camilo Castelo Branco, uno de los símbolos de la literatura portuguesa.
La novela, puro romanticismo del siglo XIX, fue escrita cuando el autor estaba preso por culpa de una aventura con una mujer casada. Precisamente el edificio que preside el largo (en portugués, pequeña plaza) es la antigua cárcel donde estuvieron los dos adúlteros. La escultura que hay en la plaza representa al escritor con su amante.
Enfrente está el Jardim da Cordoaria. Fíjate en las esculturas que te encontrarás dispersas por la alameda principal: Treze a rir uns dos outros, del español Juan Muñoz. Tal cual: son figuras partiéndose de risa. ¿De qué se ríen? No se sabe, así que cada uno puede elucubrar su propia interpretación.
En uno de los laterales se encuentra el Palacio de Justicia. No tiene gran interés turístico, pero sí un detalle en el que hay que fijarse. La enorme escultura que representa a la Justicia es de la época del dictador Salazar y no es la imagen habitual. Esta no tiene los ojos vendados, la balanza está replegada en un lateral y la espada, en la mano derecha, está bien visible en primer plano. Se dice que era un aviso para los críticos con la dictadura.
8. Calle Santa Catarina
La Rua Santa Catarina es imprescindible si queremos hacer unas cuantas compras en Oporto. Es una calle larga, casi un kilómetro, que tiene muchas paradas interesantes. Si queremos recorrerla entera podemos empezar desde la Praça de Batalha (más o menos detrás de la estación de São Bento) y empezar a pasear hacia el norte.
Enseguida llaman la atención algunas fachadas. La primera, la antigua joyería Reis & Filhos, con una espectacular portada Art Nouveau en hierro. Y justo enfrente, la Livraria Latina: no te olvides de mirar hacia arriba para ver un precioso busto del poeta Luis de Camões.
Un poco más allá encontramos el Café Majestic. Se distingue por su preciosa fachada, muy llamativa. De nuevo, es Art Nouveau, como el interior. Por supuesto, también se dice que lo frecuentaba la autora de Harry Potter, como ya te he contado. Sea como sea, es un lugar impresionante, inaugurado en los años 20 del siglo pasado, y con una atmósfera donde aún parece que se se escuchan las tertulias.
La calle Santa Catarina está hecha para pasear. En el primer tramo aún hay raíles para el tranvía pero luego se hace completamente peatonal.
A la altura de la Rua Formosa está el antiguo Mercado do Bolhão. Si todavía no han terminado las obras de reforma que lo están acondicionando, tendrás que conformarte con ver la estupenda entrada, por una enorme puerta de forja, y visitar a escasos metros el mercado provisional. Solo tienes que caminar un poco más hasta la Capilla das Almas. Y, ya que estás, detenerte un rato a disfrutar de sus paredes azulejadas.
- Idioma: Portugués – Duración: 1 h
- 225 opiniones [9,3]
Además de tiendas, la Calle Santa Catarina es un buen lugar para reponer fuerzas. Aprovecha para tomar un helado en alguno de sus establecimientos o, si quieres algo más fuerte, prueba el plato típico de Oporto: la francesinha, un sandwich relleno de varios tipos de carne, con queso fundido y salsa picante. Solo para estómagos a prueba de balas… o para compartir.
9. Plaza de los Leones
A escasos cinco minutos caminando desde la Torre dos Clérigos, llegamos a la plaza donde se encuentra la Reitoria da Universidade do Porto, de impresionante fachada neoclásica.
La plaza se llama en realidad Gomes Teixeira, en recuerdo del matemático que fue primer rector de la Universidad, pero todo el mundo la conoce como Plaza de los Leones por la Fuentes de los Leones, situada en el centro de la misma. Se dice que en esta fuente se pudo inspirar J. K. Rowling para imaginar los leones de la casa de Gryfindor (la verdad es que el porte de las figuras es muy parecido), pero no está claro que sea cierto. Ya ves que el espíritu de Harry Potter está presente en toda la ciudad…
Enfrente de la Universidad (donde también está la sede del Museu de História Natural e da Ciência) verás dos iglesias, una pegada a la otra. Poniéndote enfrente, a la izquierda tienes la Igreja dos Carmelitas Descalços, de fachada manierista; y a la derecha la Igreja da Orden Terceira de Nossa Senhora do Carmo, fundamentalmente barroca y de construcción posterior a su “compañera”.
Lo curioso de ambas construcciones (aparte de fuesen construidas juntas, lo que ya es bastante llamativo) es la construcción que las separa. Si te fijas, hay una pequeña puerta entre ambas. Se dice que es la casa más pequeña de Oporto. La llaman la Casa Escondida, pertenece a la Orden do Carmo y lleva al campanario. Y -volvemos a Harry Potter- dicen que inspiró la casa de Sirius Black y la sede de la Orden del Fénix.
En un lateral de la Universidad está la Praça Parada de Leitão, donde se encuentra el famosísimo Café O Piolho (sí, piojo) o Âncora d’Ouro. Lleva abierto más de cien años. Durante mucho tiempo fue punto de encuentro entre estudiantes y profesores, especialmente en los años de la dictadura. Ahora, también, se llena de turistas.
Lo de “piolho” parece que viene de, efectivamente, lo abarrotado que estaba a según qué horas, tanto que los piojos circulaban a sus anchas. Vamos a imaginarnos que hoy es leyenda. Lo que no es leyenda es que sigue abarrotado, pero si tienes suerte y encuentras hueco en una de sus mesas corridas, pide una francesinha (en serio, no te vayas de Oporto sin probarla).
10. Jardines del Palacio de Cristal
Es un parque precioso a escasos minutos del centro de la ciudad. No es de lo que más aparece en las recomendaciones pero merece la pena un paseo porque tiene rincones espectaculares. Ejemplo de paisajismo y diseño de jardines del siglo XIX y mirador de la ciudad, con vistas al Duero.
Hoy en día no existe el Palacio de Cristal, inspirado en el londinense Crystal Palace. El antiguo edificio, hoy sustituido por un pabellón bastante más anodino, albergó en 1865 la Exposición Internacional Portuense.
No obstante la visita está justificada por varias razones: las vistas de los puentes son tremendas, los jardines están cuidadísimos, hay fuentes y lagos artificiales, hay muchas clases de árboles, clasificadas con una pequeña ficha con información botánica… Además, hay que consultar las actividades porque en el recinto suelen celebrarse eventos interesantes.
Los Jardines del Palacio de Cristal son un lugar estupendo para ver el atardecer y hacer un picnic en una zona verde. Es lo que hacen muchos portuenses cuando el tiempo acompaña, así que no te sentirás solo. Como poco, compra algún pastel y un refresco y busca algún banco para relajarte después de un día de turismo intenso.
Qué ver en Oporto en un día
Aunque en Oporto hay mucho que ver y que hacer, no es una ciudad demasiado grande, así que un día bien aprovechado puede dar mucho de sí.
- Día uno Si has llegado a la ciudad en tren, ya tienes punto de partida: la estación de São Bento. Y si no, es buen lugar para comenzar la jornada. Desde ahí date un paseo, callejeando, y siempre cuesta abajo, hasta la zona del río. Recorre con calma el Cais da Ribeira, y quédate a comer en alguno de sus muchos restaurantes. Por la tarde, cruza el puente Luis I y vete a conocer Vilanova de Gaia. Una visita a alguna de las bodegas, con cata de vino y algo de comer, y habrá sido un día muy aprovechado.
Qué ver en Oporto en 2 días
Sigue las instrucciones del punto anterior para tu primer día: suficiente para un buen contacto con la ciudad. Y a partir de ahí:
- 2Día dos Por la mañana puedes empezar con una visita a la Sé de Oporto. Si quieres verla bien, incluido el claustro, serán como mínimo un par de horas. Luego puedes dirigirte hacia la Plaza de la Libertad, un punto de partida en el centro desde donde elegir varias rutas. Si las colas lo permiten, es el momento de visitar la Livraria Lello. Por esa zona tienes numerosos lugares para comer (y atreverte con la francesinha). Por la tarde, sigue callejeando: pasa por la Igreja dos Clérigos, Jardim da Cordoaria, Universidade y Praça dos Leões. A ver si tienes suerte y puedes decir que te has tomado un café en O Piolho.
Qué ver en Oporto en 3 o 4 días
- 3Día tres Es momento de ver escaparates y visitar tiendas. Con toda la calma del mundo, dedícate a recorrer la Rua Santa Catarina. Aunque te vas a encontrar con las mismas franquicias que seguramente hay en tu ciudad, lo cierto es que Oporto aún conserva muchas tiendas locales. Esas son las que merece la pena visitar para llevarse alguna compra. Después, una parada en el Café Majestic siempre es un acierto. Y luego sube hasta O Bolhao. La visita al mercado, incluso en su ubicación temporal, es un espectáculo, y tienes muchos sitios para comer allí mismo.
- 4Día cuatro Cuatro jornadas en Oporto, bien aprovechadas, te dan una perspectiva bastante completa de la ciudad. En esta te propongo que tomes el tranvía (o elétrico, en portugués). Solo el viaje en sí ya merece la pena, porque son prácticamente piezas de museo, conservados como patrimonio de la ciudad. La línea 1 es una de las más reclamadas por los turistas. Se toma en Infante (más o menos al final de Cais da Ribeira) y va a lo largo del río, pasando el puente de la Arrábida hasta prácticamente la desembocadura. Si te bajas al final del trayecto, en el Jardim do Passeio Alegre (distrito de Foz) tienes las playas a tiro de piedra. Si te apetece caminar al lado del mar, tienes un paseo de unos cincuenta minutos hasta Matosinhos (si no, también puedes coger un autobús). Es otra visita recomendada si se va con tiempo a Oporto, sobre todo para comer: si en casi cualquier parte puedes encontrar buen pescado, aquí está si cabe más asegurado. Matosinhos es sinónimo de peixe de calidad.
Playas de Oporto
El distrito de Oporto abarca casi 60 kilómetros de costa, así que hay playas para elegir. Por si no lo sabías, estás en plena Costa Verde. Ten bastante cuidado porque son playas abiertas al océano y bastante ventosas, así que las instrucciones de seguridad son innegociables. Por la misma razón son playas apreciadas por surfistas que van en busca de olas.
- Praia do Carneiro: las playas más cercanas a la ciudad son las de Foz de Douro, justo en la desembocadura del río. Por cercanía, la más visitada es a Praia do Carneiro, la que puedes ver en la imagen de arriba. Lo mejor es que se llega en transporte público, así que pueden encajar con facilidad en una visita de pocos días. La línea 500 de autobús te deja justo en la playa.
- Praia de Matosinhos: muy visitada. Pero es grande, así que aunque vayas en temporada alta suele haber sitio para estar cómodo, y tiene además todos los servicios. Ver foto de Matosinhos.
- Praia de Sãozinha, Senhor da Pedra y Miramar. Del otro lado del río, en dirección sur. Una enlaza con otra y forman un frente de varios kilómetros de playas, divididas por el pequeño promontorio que alberga la Capela do Senhor da Pedra, en la misma orilla. Son opciones muy cercanas al núcleo urbano (puedes tomar un cercanías desde São Bento, linha de Aveiro). Ver foto de Sãozinha.
- Praia Azul y Praia de la Bahía. Las dos en Espinho. Ambas son muy apreciadas por practicantes de surf o bodyboard. Ver foto de playa Azul.
Cosas que ver cerca de Oporto y alrededores
Si tienes tiempo, en los alrededores de Oporto hay otros lugares muy interesantes para ver y visitar:
- Casa de Serralbes. Se dice que es el museo de arte contemporáneo más importante de Portugal. Se encuentra en Foz, a unos quince minutos en coche del centro, y está gestionado por una fundación del mismo nombre. El entorno es un espectacular jardín que merece un paseo. El edificio Art Déco, del arquitecto Álvaro Siza, alberga 14 galerías, un auditorio y biblioteca. Es interesante consultar las exposiciones temporales para organizar la visita.
- Barrio de pescadores de Afurada. Está al otro lado de la ciudad, al lado de Vilanova de Gaia, en dirección este. Puedes cruzar si quieres por el puente de la Arrábida. Allí te espera un paseo tranquilo por una zona menos visitada por los turistas pero llena de encanto. Calles estrechas, casitas azulejadas. Es un gran lugar para comer pescado. Si el tiempo es bueno, muchos restaurantes ponen las parrillas en la calle. El aroma a peixe grelhado invita a sentarse tranquilamente y pedir unas sardinas (si estás en temporada). Ya que estás en la zona, completa la visita asomándote al Centro Interpretativo do Patrimonio da Afurada, justo en el puerto, y conocerás la historia pesquera de la zona.
- Viñedos. No olvides que estás en zona vinícola. Adentrándote Duero arriba puedes visitar zonas interiores muy interesantes desde el punto de vista enoturístico y contemplar las viñas en terrazas, un paisaje espectacular. Ten en cuenta que el Duero es navegable a su paso por Portugal, o sea que puedes recorrer las áreas vinícolas tanto en coche como contratando una ruta en barco. Una buena opción es un tour mixto como este, una excursión de una jornada completa (10 horas) que te llevará a visitar varias bodegas, con catas organizadas y un crucero por la región de Pinão.
Cosas que ver con niños
Si viajas con tus peques hay actividades que puedes incluir en la visita y que les van a encantar. Aquí van unas cuantas sugerencias:
- World of Discoveries. El espíritu de los descubridores portugueses es lo que se respira en este parque temático. Atracciones y actividades que combinan lo lúdico con lo cultural. Conocerán episodios históricos como la conquista de Ceuta, o la llegada a China, viajarán por un bosque tropical y verán de cerca una carabela portuguesa.
- Crucero por el río Duero. Los niños disfrutan navegando, y tú también. Puedes llevarlos a un paseo en rabelo o, por ejemplo, a este Crucero de los seis puentes, de cincuenta minutos de duración.
- Tras las huellas de Harry Potter. No existe un tour organizado como tal (y están tardando en hacerlo) pero en esta guía te he dado bastantes pistas de lugares en los que los niños se emocionarán recordando a su mago favorito.
- Museo del FC Porto. Si son futboleros puedes llevarlos a ver el Estadio do Dragão y el museo del club de fútbol de la ciudad, donde están las copas de la Liga de Campeones y de la UEFA. Aquí tienes una visita guiada que lo abarca todo.
- Piscinas das Marés, en Leça da Palmeira (Matosinhos). Teniendo en cuenta que las playas de esta costa a veces no permiten un baño relajado (ya te he comentado que son bastante abiertas) una buena alternativa son estas piscinas de agua salada. Están justo en la orilla, así que se disfruta del paisaje igualmente, pero con total seguridad. Ideales para tener a los críos entretenidos y controlados. Además, son obra del arquitecto Alvaro de Siza.
Otros consejos para visitar Oporto
Pass o tarjeta turística
La Porto Card es la tarjeta oficial turística de la ciudad. Vale 6 € y permite la entrada en un montón de sitios y descuentos muy interesantes. Ofrece entradas gratuitas en seis museos y descuentos en otros lugares de interés y restaurantes. Puedes echar un vistazo al folleto informativo aquí.
¿Cuándo visitar Oporto?
Oporto tiene un clima bastante amigable, con temperaturas suaves. Aquí no soportarás el calor estival propio de zonas interiores, ni tampoco demasiado frío.
Dicho esto, lo ideal es esquivar el invierno. La temperatura no suele bajar de los 12 o 10 grados, pero al estar al lado del mar y atravesada por el río, la ciudad puede ser muy húmeda y ventosa. Si te tocan días malos, la visita se te va complicar un poco.
¿Lo ideal? El otoño y la primavera. Temperaturas templadas y (quizá) algo menos de turismo que en pleno auge veraniego. Los precios fuera de temporada, como en otros lugares, también se suavizan un poco.
A tener en cuenta
Cálzate para caminar. Hay que tener en cuenta que Oporto es una ciudad con cuestas y mucho empedrado, así que lo primero que debes meter en la maleta es calzado cómodo.
Cuidado con los horarios: no es España. Los portugueses suelen comer entre la una y las dos de la tarde. No esperes llegar a un restaurante a las tres y que te reciban con la alfombra roja. También cenan antes que en España. La hora local son las ocho de la tarde, aunque es verdad que en zonas acostumbradas al turismo son más flexibles en los horarios vespertinos.
La francesinha. Pasa por ser un sandwich local (y lo es), pero cuidado: es una bomba. Está relleno de carne, salchicha, jamón y un embutido porteño parecido al chorizo. Todo el bocadillo se cubre con queso fundido y una salsa de tomate bastante fuerte con un toque de picante y alcohol, que puede ser cerveza, vino de Oporto, whisky o lo que cada restaurante quiera improvisar. Ah, y patatas fritas. A veces, viene con huevo frito por encima. Si no tienes claro que puedas con todo eso, lo recomendable es compartir.
Cuidado con los petiscos. Cuando vas a un restaurante, antes de que venga lo que has pedido el camarero te llevará a la mesa panecillos, mantequilla, aceitunas, queso, etc. Es costumbre local poner aperitivos (o petiscos) y no corren por cuenta de la casa, sino que se reflejarán en el ticket final (y le sacan bastante beneficio). Si no los quieres, basta con indicárselo al camarero.
Transporte público
Oporto tiene una buena red de transporte público, entre metro, tren, autobuses, tranvías y hasta funiculares. El aeropuerto está a poca distancia y bien comunicado por metro, así que no tendrás problema.
Puedes utilizar la Porto Card en el transporte público (metro, autobuses y trenes urbanos) de manera ilimitada mientras esté vigente. En la web se recuerda que antes de cada viaje hay que validar la tarjeta y volver a hacerlo si se cambia de línea. Se hace en las máquinas automáticas de validación que están bien señalizadas en las estaciones de metro o dentro de los transportes. Ojo, no sirve para el funicular (aunque se hace un descuento) ni para el tranvía.
De todas formas, no es una ciudad grande. Lo más probable es que lo que más hagas durante tu visita sea caminar y caminar.
Si te cansas, otra opción es el autobús turístico, el clásico hop on/hop off del que puedes subir y bajar cuantas veces quieras mientras tu billete sea válido. Aquí puedes comprarlo para uno o dos días.
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